miércoles, 20 de noviembre de 2013

Te Confieso



Confieso que he mentido, por amor, por orgullo, por necesidad o por malicia
Confieso que he robado, objetos, corazones, palabras, esperanzas
Confieso que he hecho daño con intención y causa y a veces sin querer
Confieso que he tenido miedo, a las noches oscuras, a las tormentas, a la soledad y a las multitudes
Confieso que he llorado por lo general en silencio y a escondidas.
Confieso que soy torpe, para el amor, para expresar lo que siento
Confieso que no soy tan fuerte como quiero aparentar, que muchas veces he tenido dudas.
Confieso que a veces no sé porque estoy triste o enfadada
Confieso que suelo sabotearme cuando me asusta seguir adelante
Confieso que soy testaruda y me cuesta dar mi brazo a torcer aunque a veces sepa que no tengo razón
Sí, estoy llena de defectos, de manías, de sin sentidos, así soy…
Pero también….
Confieso que doy todo por los que quiero, y seré capaz de luchar con los peores males de la tierra por sacarte una sonrisa
Confieso que se amar sin limites
Confieso que no se dejar las cosas a medias, así que nada podrá hacer que me rinda
Confieso que no creo en llamar a alguien “Amigo” si no lo siento de verdad
Confieso que soy brutalmente honesta y de mi no tendrás nunca una mentira
Confieso que una vez que me dejes entrar en tu corazón, nada en el universo será capaz de hacerme salir
Todos tenemos 2 lados, el claro y el oscuro, y te confieso a veces intento mantenerlos en equilibrio y a veces no puedo, y uno de ellos predomina, quizás hayas conocido mi lado claro, pero para quererme deberás aceptar también mi oscuridad.

Confieso que he vivido, he sentido, he sufrido, he amado, he sido feliz…. Confieso que por sobre todo siempre he sido yo, y eso ni tu ni nadie van a cambiarlo. Así que, toma mis confesiones y abrázame con ellas, o solo déjame… Al final es tu decisión

martes, 19 de noviembre de 2013

Segunda Mirada....

No mires mi apariencia
Mírame y conóceme... Concédeme un minuto


Me considero alguien que trata de no establecer juicios con la primera impresión de alguna persona, la vida me ha enseñado, que la primera impresión no siempre es la correcta, y que al juzgar prematuramente a las personas nos estamos privando tal vez de conocer a alguien excepcional.  Así me declaro fiel creyente de la “segunda impresión”.
Cada día, muchas personas se cruzan en nuestro camino, y siempre establecemos un juicio de ellas, juzgamos su apariencia, su forma de actuar, de hablar, su comportamiento y a veces en base a esas observaciones dictaminamos si vale la pena o no mantener un contacto con esa persona.
Hoy te invito, a olvidar la frase que dice “La primera impresión es la que cuenta”, y a ver a las personas una segunda vez.
Aprende a mirar detrás de la vestimenta o la apariencia física, a la persona, al ser humano único que se está presentando frente a ti.
Aprende a mirar en los ojos, aprende a escuchar mas allá de las palabras, aprende a ser tolerante con las diferencias.
Aprende a convivir y compartir, aunque creas que esa persona no es afín contigo, pero hacerlo de verdad, poniendo real interés en conocer a la persona que tienes al lado
Aprende a escuchar aunque las opiniones sean distintas a las tuyas, a crear ese debate sano, esa tertulia sin ataques
Aprende a buscar cualidades en lugar de defectos y por sobre todo a exaltar los primeros sobre los segundos.
Aprende a ser abierto, pues de nada sirve que pidas confianza, si tú no estás dispuesto a darla.
Aprende a ver las cosas en  común, pues de allí puedes encontrar una forma de compartir.
Aprende a valorar las distinciones de cada persona, esas características que nos hacen auténticos y únicos.
Abre tus ojos, tu mente, tu corazón, si así lo crees oportuno y dale no solo 1 si no por lo menos 2 oportunidades a la persona que está junto a ti de formar parte de tu vida.
¿Qué podemos equivocarnos? Es cierto, es el riesgo que corremos cuando conocemos a una persona, pero para hacer amigos, o establecer cualquier tipo de relación, esa fe en la otra persona es necesaria.
No seas parte de las personas que juzgan con la primera mirada, recuerda, que así como tú lo haces, también podrías ser juzgado.
Todos queremos tener la oportunidad de demostrar lo que somos y quienes somos detrás de nuestra apariencia.
Si tú crees que no es justo que alguien te discrimine, o te rechace por lo que a simple vista ve de ti, entonces no seas tú uno más que juzga.
La primera impresión, puede no ser la correcta, por eso antes de desechar a una persona, atrévete a mirarlo por segunda vez.