Extraño el tiempo que
pase contigo…
Extraño las risas,
extraño la forma en la que me hacías sentir, extraño quien era cuando estaba
contigo….
Extraño como entendías
aun mis más locas acciones
Extraño que me
mintieras al decirme que cantaba bien aunque yo solo desafinara
Extraño tu mano tomando
mi mano mientras caminábamos
Extraño tu abrazo para
recibirme cada mañana
Extraño que me hicieras
sentir, que yo era todo tu mundo.
Extraño tantas cosas, cosas
que guarde en mi corazón como el más grande de los tesoros… pero hoy, a pesar
de lo mucho que extraño lo que eras y lo que fuimos, se que decir adiós fue la
mejor decisión que tomamos.
Nos pesaba la carga de
seguir llevando a cuestas un camino que cada día mas se separaba, no supimos
hacer de nuestros sueños distintos un sueño en común.
Y así, en vez de
construir puentes se formaron abismos que poco a poco nos separaron, sin
remedio y sin retorno, y entonces, ¿Qué hacer cuando todo es tan distinto?,
aunque seguía vivo el cariño, no éramos los mismos.
Así la despedida fue
nuestra mejor opción; para así detenernos
antes de que pudiéramos herirnos, y conservar lo bonito de cada momento vivido,
como un hermoso recuerdo; para seguirnos queriendo aunque nuestras vidas
tomaran rumbos distintos; para que cuando nos encontráramos en la calle no
pudieras más que regalarnos ese abrazo que solo comparten los que se han
querido, sin rabias y sin rencores, porque al fin y al cabo, nuestra historia
personal lleva las huellas del otro marcadas; para que al recordarte no pueda
más que dibujar una sonrisa, y decir con este tono de melancolía “Extraño el
tiempo que pase contigo…”
No hay comentarios:
Publicar un comentario