Sé que te convencí con
mis palabras, se que en ocasiones dije lo que quisiste escuchar y lo que nadie
antes te había dicho, se que te agrado
mi sinceridad, y mi sensibilidad al decirte las cosas, aun las más
difíciles y dolorosas. Podría decirse que así te conquiste, y mírame ahora, a
tu lado sin saber que decir, sin encontrar una palabra que sirva para explicar
como mi corazón se rebosa de alegría cuando estás conmigo… Quizás, asi como
ahora, alguna vez intente hablarte y mis palabras, antes tan libres ante tu
presencia, esta vez no tengan sentido, quizás no logre expresar lo que siento, quizás
en algún momento mi mente se silencie y deje de dar a mis palabras la razón; en
ese momento, solo te pido, escucha, puede que te este hablando mi corazón, y
tal vez, lo haga con el silencio, mira mis ojos, que quizás sea mi mirada la
que intenta decirte algo, o tal vez lo
hagan mis manos…. Pero, no me des la espalda en mis momentos de silencio. Entiende,
a veces, las palabras no son suficientes para expresar un sentir, a veces, un
“te amo” o un “gracias” no alcanzan para la inmensidad que el corazón guarda, y
entonces, mi silencio sustituye lo que mi voz no sabe decir, no desesperes,
estoy contigo, aunque no entiendas mi modo de expresarme… Pero, ojala estés
allí, aun cuando ya no tenga nada más que decirte, no porque no quiera si no
porque no pueda ni sepa como darle voz a
lo que el corazón guarda, y cuando ya no encuentre palabras para lo que
quiera gritarte mi alma, ojala seas
capaz de escuchar ese silencio que te brindo, y de leer en mis ojos lo que
siento…
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