Hoy desperté y de repente me di cuenta de que el dolor se había ido, de
que ese nudo en mi garganta que automáticamente me invadía cuando alguien
mencionaba tu nombre ya no estaba, que la lagrima traicionera que siempre
escapaba cuando te pensaba hoy no salió; no sé cómo llamar a lo que sentí, a lo
que siento, aceptación tal vez, reconocimiento, costumbre, no lo sé. No es
olvido, porque aun tu recuerdo ocupa una parte importante en mi pensamiento,
pensarte se ha hecho tan necesario como respirar, así que no, no es olvido. No
es resignación, porque no me resigno aun a tu partida, aun hoy me parece
injusta. No es que te ame menos, porque fuiste demasiado importante, y
estuviste demasiado presente, que el amor que mi corazón reservo para ti, no
admite devoluciones, y solo a ti te pertenece.
Solo se ha ido la tristeza, la sensación de ahogo en mi pecho, las ganas
infinitas de gritar y de llorar, y sabes que he descubierto que ya no me duele
hablar de ti, que al hacerlo a veces no puedo evitar que una sonrisa se dibuje
en mi rostro, que tu nombre siempre sale en las conversaciones, y ya no es
incomodo, pero como evitarlo, estuviste presente en muchas cosas, fuiste parte
importante de mis últimos años.
Es cierto que todavía, me cuesta creer, que para estar junto a ti, debo
pensarte en pasado, me cuesta creer que el tiempo paso y la vida siguió su
curso, los días siguen corriendo, los meses siguen pasando, hasta los lugares,
siguen siendo los mismos aunque no estés presente, nada se detuvo y nada
cambio, pero, creo que así tenía que ser.
Pero comprendí, esas palabras que una vez leí en alguna parte: “Las
personas que se marchan, dejan de vivir contigo, para comenzar a vivir en ti…”,
y es así, no veo otra explicación, te has mudado a mi alma de manera permanente
e indefinida, y desde allí, sé que me acompañaras cada día, y aunque, no puedo
verte, no puedo tocarte, no puedo apretarte en un abrazo, sé que no te irás
mientras yo viva.
Creo que por eso ya no hay dolor, porque he aceptado, las heridas
sanaron, no hay nada que reprochar, ni nada por lo cual sentirse avergonzado,
hoy solo queda el amor que te tuve y que aun te guarda, y aunque tus recuerdos
no son capaces de llenar el vacío que dejo tu ausencia, hoy esos recuerdos son
los que te mantienen viva y presente en cada uno de mis días, hoy esos
recuerdos me sacan una sonrisa, hoy esos recuerdos son la prueba, son esa
huella que dejaste al pasar por este camino, hoy esos recuerdos son los que se
niegan a que mi corazón te convierta en olvido.
No dejare de extrañarte, se que ese sentimiento no se ira, pero creo que
es bueno dejar ir la tristeza, así que no me siento mal, no te estoy dejando
ir, porque sé que mientras te ame, nunca te irás, creo que solo entendí que
desde hoy y para siempre, vivirás en mi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario