A muchos nos pasa, caminamos en círculo alrededor de algo que queremos
sin atrevernos a acercarnos realmente, solo damos vueltas y contemplamos desde
lejos, a veces imaginando que haríamos si estuviéramos cerca de ese algo o
alguien, pero no damos el paso definitivo para hacer de esas ideas una
realidad.
Pero, ¿Por qué caminamos en círculos? ¿Por qué no simplemente lo
intentamos?, las razones, o más bien las excusas son muchas, pero básicamente solo
hay un porque: Tenemos miedo, así que para no afrontar ese miedo, solo damos
vueltas, y mantenemos distancia.
Yo sí, yo he tenido miedo, mucho y muchas veces; y me preguntaras ¿Pero a
que le temes?, al fracaso, a perder parte de lo que soy, a que cuando llegue a
estar frente a aquello que tanto idealice desde lejos resulte no ser tan
espectacular, o tan importante, a que aquello que tanto quise, al acercarme se
vaya lejos… Y si, di vueltas una y otra vez, a veces sin perder de vista eso
que rondaba, pero sin atreverme a dar el paso definitivo.
Y un día, al final me decidí, y cambie mi caminar en círculos y fui, en línea
recta hacia aquello que silenciosamente me esperaba, y lo confieso, el miedo no
me abandono, y mis primeros pasos fueron titubeantes, pero creo que poco a
poco, la misma ansiedad o curiosidad me hizo apurarlos y al fin lo tuve de
frente. ¿Valió la pena? Si, independientemente de que al acercarme descubriera
que no era tan importante como yo pensaba, o me hubiera dado cuenta que eso que
me deslumbraba no era tan brillante; siempre, valió la pena, porque al hacerlo
mis dudas quedaron atrás y ya sabía con certeza que esas preguntas de ¿Qué hubiera
ocurrido si…? No me habrían perseguido el resto de mi vida.
Pero no todo fue malo, gracias a dejar de caminar en círculos, es que a
veces tus pasos encuentran su rumbo, es que podemos descubrir las cosas más increíbles,
y finalmente gracias a esto enfrentamos nuestros miedos.
Así que Tu, que sigues caminando en círculos, solo detente, enfócate y dirígete
a aquello que quieres, veras que sin importar el resultado, siempre valdrá la
pena