Entre ellos esta “J”, hace 3 años vino a
este mismo lugar, buscando que le ayudaran a que lo vieran diferente, para así
no sentir que era distinto y sin duda lo logro, pero quiere mejorar aun mas,
borrar marcas, conseguir una novia (como después lo confesaría), que cuando
miraran su rostro lo vieran como lo que era, un joven normal.
Le asignan un numero y lo reciben sonrientes
quienes llenaran sus datos para su historia clínica, luego las enfermeras que
tomaran sus signos y lo pesaran, y después por cada una de los constructores de
sonrisas, un equipo al que él ya conocía bien, cirujanos, pediatras,
odontólogos, psicólogos, terapistas de lenguaje, anestesiólogos…. Uno a uno evaluó
a “J” y le explico sus opciones, ahora solo quedaba esperar….
Llega el día y solo puede sentirse
afortunado, fue escogido para construir su sonrisa… El día de su operación
llega muy temprano, y entre los médicos ve un rostro conocido, el mío, me
recibe con un abrazo inesperado, ¡claro que lo recuerdo! hace 3 años lo acompañe
en el mismo proceso, el primero para él, y su abrazo solo me dice que el
también me recuerda, recuerda que antes de irse se tomo una foto con su nueva
sonrisa, conmigo… lo examino de nuevo como lo indica el protocolo, bromeamos de
nuevo como la primera vez, “estás listo, y todo está bien” le digo, y él me
contesta “debes tomarte otra foto conmigo”… en unas horas lo llaman, los voluntarios
lo acompañan al área de transición, allí lo esperan para que esté tranquilo, a él
y a el resto de los niños, uno a uno, antes de pasar a quirófano, les ayudan a
que estén serenos, a que no sientan miedo, y los acompañan en su camino hacia
donde al fin se hará la magia, el quirofano, donde manos valiosas y hábiles de humildes cirujanos, construyen una
sonrisa….
"J" despues de su operacion |
“J” salió de quirófano, y lo único que recordaba era que debía tomarse una foto conmigo, lo que hizo, antes de irse con una sonrisa mejorada, y la alegría que le brotaba en sus ojos.
"J" Hace 3 años, luego de su primera operacion |
“A” llego con su madre desde muy lejos se
entero tarde de que se realizaría la jornada, y no fue evaluado en el triaje
preliminar, pero su madre tenía la esperanza de que pudieran ayudarlo, tiene
solo 1 año, una hendidura labial marca un rostro hermoso para ella y para los
que lo vemos, unos ojos picaros nos miran mientras sonríe sin parar. Se le practican
los exámenes correspondientes, y no se encuentra ningún problema, puede
operarse, puede tener una nueva sonrisa…. El abrazo de su madre no se hace esperar,
su sueño pronto se realizara… cuando sale de quirófano sus lagrimas la invaden,
la hendidura ya no está y "A" tiene una verdadera sonrisa…
“K” también viene por segunda vez, esta vez
la operaran de paladar, tiene 5 años y su madre que también nos conoce, nos
trae a todos los que la atendemos un regalo, algo sencillo, hecho con sus
propias manos, pero en los que puso todo el amor y agradecimiento que podía
darnos con una frase escrita “Gracias por darme la alegría de sonreír”…. Y al día
siguiente al marcharse, nos regala un abrazo y pega sobre mi mejilla una
calcomanía en forma de estrella, como muestra de su cariño, calcomanía que
lleve durante todo ese largo día
Esta son solo algunas de muchas historias,
de muchas de alegría porque solo puede haber alegría cuando se construyen
sonrisas…
¿Cómo no trabajar con entusiasmo?, Es un
trabajo agotador, pero sin duda lleno de muchas satisfacciones, y cada uno en
el área en que trabaja tiene muchas de estas historias, las historias que
mantienen unida a esta gran familia, la familia de la Fundación Operación
Sonrisa, y es que para construir una sonrisa, no bastan las manos de un
cirujano talentoso (la cual es sin duda imprescindible), ni el equipo quirurgico de enfermeras y anestesiologos; se necesitan los hombros
del voluntario que son capaces de cargar y consolar al niño que llora al salir
de quirófano, mientras su madre llega, se necesita la voz tranquilizante que te
habla y te explica lo que sucede, cuando una madre angustiada espera que su
hijo salga, se necesitan la información diligente de el terapista de lenguaje
que te explica como la operación mejorara su habla y que se debe hacer, para que
más que una cicatriz imperceptible, no sea su voz la que le dificulte sentirse
aceptado cuando crezca, se necesita de enfermeras que te reciben y que vigilan
que todo esté en orden, de pediatra que aclara tus dudas y te explica como
cuidarlo después de la operación, se necesitan rostros sonrientes, que te hacen
sentir que todo está bien, porque hacen su trabajo con amor y entrega
incondicional, y que te hace sentir que no está solo, aun cuando las noticias no
sean las mejores, como paso con “N”, lamentablemente una infección respiratoria
no le permitió operarse, pero su madre, aunque no pudo controlar sus lagrimas,
como no pudimos ninguno de los voluntarios que la acompaño en la tristeza de no
poder entregarle una nueva sonrisa, sabía que estaba en el camino correcto, y
que pronto tendría, de las manos de este gran equipo, la sonrisa soñada.
“G” llego al área de hospitalización y no
entendía por qué lo recibían con aplausos, era el ultimo paciente de esa gran
jornada, la ultima x que marcaba el final del plan quirúrgico del día, el paciente número 156 que recibió una nueva
sonrisa esa semana espectacular, los aplausos se acompañaron de un gracioso
baile de celebración de las enfermeras, que sin duda eliminaron de su carita
todo rastro de angustia para cambiarla por alegría, la alegría de un sueño
cumplido.
Así se construye una sonrisa, con un montón
de constancia, muchas ganas de trabajar por algo bueno, manos talentosas y
mágicas, hombros que apoyan, palabras que alientan y enseñan, corazones que
escuchan, y miles de sonrisas, que se reproducen y se contagian, aun después de
muchas horas de trabajo y del cansancio. Todo esto engranado como la maquinaria
más perfecta, que fabrica el mejor de los productos.