Hay momentos en la vida, en que nos sentamos a ver lo que ha sido, hoy es mi turno.
He tenido una vida hermosa, realmente no puedo quejarme, Dios me bendijo con dos ángeles que han sido mis padres, y aunque me costó un poco descubrir y entender la gran magia que en ellos hay, hoy puedo decir con orgullo que son lo mejor de mi vida, de ellos aprendí el amor, la constancia, aprendí que cada camino, por difícil que sea vale la pena transitarlo si así se han de alcanzar los sueños como ellos lo hicieron. Ellos hicieron de mi lo que soy, y se, que fue difícil, batallar conmigo y por mi, pero nunca me lo hicieron notar, pues su amor siempre fue infinito.
He sido básicamente lo que he querido, porque desde muy joven, mis padres me permitieron seguir mi propio camino, tomar mis propias decisiones, y asumir las consecuencias de ellas. Fui rebelde, sin causa y sin razón, o quizás, la razón era probarle al mundo que podía contra él, hasta que vi que esta lucha era inútil. En las encrucijadas de mi vida, mas de una vez tome el camino equivocado y padecí los resultados de mi error, pero en manos de Dios puse mi destino, y pude al fin encontrar el camino correcto, el sueño real que le dio sentido a mi vida, y por el que luche con uñas y dientes para alcanzarlo. Deje de ir contra la corriente, y solo me deje llevar.
Descubrí que el mundo puede ser mejor si yo intento verlo de esta manera y que a pesar de todo lo malo, vivir siempre es una aventura que vale la pena, y hay tantos que no han tenido el privilegio, pues sus vidas acabaron demasiado pronto, que decidí que no sería de aquellas personas que se lamentarían por aquello que no se atrevieron a probar.
He reído por alegrías que han sido muchas, y de mí, porque quien más podría hacerlo mejor que yo, de mis inconsistencias, de mi despistada personalidad, de las veces que tanto me frustre y sufrí por un error cometido, y que hoy, al mirar hacia atrás y recordar, solo logran arrancar de mi una sonrisa, por lo que aprendí.
He llorado, miles de lagrimas, a veces no tanto como hubiera querido, “Las lagrimas no ayudan para cambiar las cosas” esa frase se quedo clavada en mi cabeza y me hizo reprimir tantas lagrimas que hoy estoy segura que me hubieran hecho tanto bien, no para cambiar las cosas, pero si para desahogar mi alma del dolor que una vez sentí que me oprimía.
He soñado, sueños locos, sueños sensatos, sueños que parecían imposibles, y si, me concentre en aquellos que sabia podían realizarse, y eso no me hizo pesimista, solo realista, porque mi más grande sueño siempre fue volar, pero vamos, soy honesta, no tengo alas ni las tendré, así que no luche por eso. Luche por escalar las montañas de la superación y por alcanzar metas que otros pensaron que nunca lograría. Y aun hoy, con muchas de mis metas cumplidas, sigo siendo soñadora, pero mis sueños han cambiado, no así mis ganas por lograrlos.
Ame en voz alta y ame en silencio, y aunque sufrí decepciones, nada fue más hermoso que haber sentido ese amor.
He aprendido tantas cosas, encontré un Dios amigo que camina a mi lado, quien es quizás muy distinto al que me enseñaron en clases de religión. Descubrí mi Fe, y entendí, que aquello por lo que tanto pelee no era lo mejor para mi, y que siempre hubo un camino señalado que yo, por estar distraída en otras cosas tarde en distinguir y en seguir
Aprendí que tengo tantas limitaciones y tantas imperfecciones, pero también aprendí a sacar provecho de las cosas maravillosas que se que hay en mí, y que a pesar de mis defectos y mis errores soy una persona única, que merece cosas buenas y merece amor. Estoy lejos de ser una persona perfecta, pero puedo y soy mejor cada día, porque así lo he decidido.
Me han rodeado personas increíbles, por las cuales estoy profundamente agradecida, he sido errante, pero en mi paso por los distintos lugares en donde he vivido, hay un nombre y una sonrisa que me he llevado en el recuerdo. Si, ellos han sido mis amigos, aquellos que un día compartieron mi camino, unos transitoriamente, para luego alejarse físicamente más no del corazón, otros que continúan andando a mi lado mano con mano, hombro con hombro, corazón con corazón. Han sido mis ángeles, en ocasiones la fortaleza que necesitaron mis pasos, en ocasiones los hombros sobre los cuales llore, en ocasiones la compañía con la que celebre y reí; y espero, haber sido tan buena amiga como ellos lo fueron y lo han sido conmigo, porque en mi corazón, solo hay amor para darles.
He tenido modelos de vida excelentes, en primer lugar mis padres, que con su ejemplo de superación a pesar de las adversidades me enseñaron que puedo lograr cualquier cosa si solo lucho por ello, y luego maestros, no necesariamente los que me impartieron clases, si no los que me hicieron participe de sus experiencias de vida y me llenaron con su ejemplo y sus consejos.
He descubierto que puedo ser feliz, porque la felicidad no es una meta lejana, no, está aquí, en lo que tengo, en lo que amo, en lo que he alcanzado, y en lo que aun me falta por conquistar. Está en la aceptación de lo que soy y de lo que puedo ser. Y hoy a pesar de las dificultades o las nubes negras en el camino, despierto cada día y digo “Seré Feliz, soy Feliz”
Así repaso mi vida, y no puedo más que sentirme agradecida y bendecida, es cierto, quizás no ha sido todo color de rosa, pero cada tropiezo, cada dolor, cada prueba, cada desilusión, también me trajeron hasta aquí, y me hicieron lo que soy.
Hoy celebro mi vida, un año más que me han regalado, como una nueva oportunidad. Aun queda mucho por andar y estoy en marcha. Aun queda mucho por soñar y voy tras esos sueños. Aun queda mucho por vivir. Pero, si no es así, si Dios decide que hasta aquí será mi camino, no me importa pues soy feliz con lo que he vivido!!