¿Qué has hecho de tu vida?, ¿Eres realmente lo que querías ser? Llega un momento en que con el recuerdo de tus días pasados a cuesta, y con la ilusión de los viejos sueños, encaras la realidad que vives y surgen estas preguntas. Las decisiones que tomaste te trajeron hasta aquí, erradas o acertadas, trazaron un camino, pero, ¿es acaso el camino que querías?
Comenzamos este camino de vida sin experiencias y a decir verdad sin preocupaciones, protegidos del exterior por quienes nos cuidan, construyen alrededor de nosotros un mundo en donde todo es fácil, hermoso, perfecto, con muy poca carga sobre tus hombros comienzas sin muchas prisas, y lo más importante, sin miedos, porque en esos días realmente nos creemos invencibles, y cuando algo se nos presenta no nos decimos, ¿será que puedo hacerlo?, simplemente lo hacemos, y así, creemos que podemos volar, creemos en la magia, creemos en sueños que se hacen realidad, creemos en finales felices. Y, ¿Qué sucedió entonces?, nos enfrentamos a la realidad, de que no seremos siempre los mismos, de que debemos crecer, y aunque a veces lo anhelamos, cuando menos lo creemos, estamos extrañando esa infancia que era feliz, en la que estábamos protegidos; pero debe quedarse atrás, como debemos dejar atrás la sombra que nos cobija, y dejar de ser una persona sin rumbo que sigue las pisadas de alguien mas, debemos decidir quiénes somos, debemos dejar huellas propias, nos encontramos frente a un mundo nuevo, con las manos llenas de todos nuestros sueños. Pero, descubrimos, que los obstáculos a enfrentar son mayores, que las encrucijadas son mayores, y nuestras acciones, o nuestras buenas intenciones a veces no son suficientes. Así caemos, nos equivocamos y de ello aprendemos o nos hundimos definitivamente en el pesar de no poder hacerlo, es allí que se construye nuestro presente, nuestro futuro, es allí cuando nos forjamos con el cincel de nuestras decisiones la persona que seremos.
Nos damos cuenta, con tristeza, de que el mundo no es tan perfecto como lo conocíamos, de que no todos los sueños se hacen realidad, y que los errores pueden pesar tanto que nos hunden poco a poco si no sabemos enfrentarlos.
Así nuestra vida se construye de momentos buenos y momentos malos, momentos que perduran como el mejor de los recuerdos y momentos que quisiéramos olvidar definitivamente, momentos que nos golpean y momentos que nos levantan, momentos que nos hacen llorar mares de desilusión y momentos que nos devuelven el brillo de la alegría. Así la vida nos coloca una y otra vez frente a una encrucijada sin darnos respuestas o pistas de lo que debemos hacer, y depende, de lo que atesoremos de nuestros momentos, de lo que aprendamos de ellos, si somos capaces o no de decidir el camino correcto.
Muchas veces el camino elegido será difícil y nos hace dudar, ¿es este el camino que quería?, pero antes de llegar a la oscuridad de una noche llena y pesada por las dudas, algo nos da la certeza de que si, este es el camino, y tomamos fuerza para continuar.
Entendemos así, que lo que queremos puede costarnos toda una vida, que el camino a nuestros sueños no es precisamente el más fácil.
Entonces luego de muchos tropiezos, muchas encrucijadas, muchas caídas, muchas derrotas o nos rendimos, o aprendemos que continuar es la única salida; desistimos o resurgimos desde las cenizas del error, nos hundimos, o sacudimos de nuestros hombros el peso de la desesperanza.
Nuestras decisiones nos trajeron hasta aquí, con lo bueno y lo malo que ellas acarrearon, así, que si te preguntas hoy si este era tu camino, es porque quizás no entendiste que es el camino que tu trazaste, si hoy dudas si eres la persona que querías ser es porque tal vez no tomaste la decisión correcta. Pero, el camino trazado no se borra, y no puedes dar marcha atrás a las huellas que ya dejaron tus pasos, pero puedes atreverte a cambiar de dirección si crees que este camino no te hace feliz, y comenzar desde cero una vez mas. La vida, y más importante Dios, nos dan todas las oportunidades del mundo para cambiar, si así lo queremos, para reconstruir destinos si así lo queremos, para soñar si así lo queremos y estamos dispuestos a luchar por esos sueños. Y, es cierto, quizás nuestro camino no es tan fácil, hermoso y perfecto como el que conocimos de niños, pero depende de nosotros hacerlo mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario