miércoles, 1 de diciembre de 2010

Optimismo y Desesperanza

Toda vida, atraviesa en algún momento por problemas, situaciones difíciles, pruebas y obstáculos.
Es así, la vida es un conjunto de desafíos, de decisiones, que te llevaran inevitablemente a nuevos desafíos y decisiones.
La decisión principal en tu vida debe ser: Optimismo o Desesperanza. He allí la encrucijada, tu encrucijada: Decidir vencer o ser vencido, decidir luchar o tirar la toalla, decidir avanzar o detenerte, alentarte a continuar o simplemente rendirte.
El Optimismo, va de la mano con la esperanza, es encontrar la única estrella que brilla en la noche oscura, es ver el "puede ser", en un mar de "no puedo".
Optimismo es ver el sol a través de nubes grises. Es apostar a ganar en la vida, con la certeza de que triunfaras.
Pero no te confundas, optimismo no es vivir de vanas ilusiones y fantasía, sin reconocer o recordar la realidad de la vida. Optimismo es darse cuenta de que vivimos en un mundo no siempre fácil, pero ver la realidad como algo que cambia, que se modifica y mejora. Optimismo no es esperar que las cosas se resuelvan por arte de magia, no significa vivir de ilusiones olvidando tu ahora, por el contrario, es aceptar tu presente, con lo bueno y malo que tiene, pero sin resignarte, con un destello de oportunidad y grandes expectativas. Es no quedarnos de brazos cruzados, es dar todo de ti, para crecer, para cambiar, y así finalmente ser feliz.
Desesperanza en cambio, es ver la vida sin ninguna motivación, es dejar que las cosas pasen sin esforzarte por cambiar su curso, es conformarnos con el momento actual, sea cual sea.
Desesperanza es olvidar que existe magia, que existe alegría, que existen oportunidades.
Desesperanza es limitarte a despertar y respirar, y olvidarte de vivir.
Desesperanza es aceptar la vida como viene, sin incentivos y sin ilusiones, es olvidar la inspiración que pone fuego a la vida, es haber apagado la chispa que te permite darle luz y color a cada día.
La desesperanza te empuja a un rincón sin salida, es simplemente detenerte en la encrucijada y retroceder para no decidir. Con desesperanza olvidas los sueños, olvidas lo posible, no ves las oportunidades, ni las puertas que se abren.
En la encrucijada de tu vida, desesperanza y optimismo son tus dos caminos a elegir, no hay términos medios, crees o te conformas, luchas o te das por vencido, te detienes o avanzas,  sientes o padeces, elijes ver el sol o mantenerte en la oscuridad, elijes cambio o resignación, elijes colores o grises...
Optimismo o desesperanza, he allí tu elección.


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